¿Sabes lo que más me gusta de nuestras pequeñas peleas? Las reconciliaciones, nos hacen fuertes. Cuando me miras fijamente a los ojos después de haber estado enfadado y en el reflejo de tus pupilas puedo ver esas dos palabras: ''lo siento''. Cuando me abrazas fuertemente acariciando mi espalda y me aprietas junto a tí. Cuando besas tiernamente mis lágrimas y en tus labios puedo saborear la sal que desprenden mis ojos. Cuando acaricias suavemente mi pelo y me das a entender que nada a pasado y después de todo me susurras al oído eso que tanto deseo escuchar: te quiero. Pequeñas peleas que nos enriquecen.
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